El viernes 24 de enero cerca de las 20:30 hrs se inició la actividad en un sitio ubicado en calle Cancha Rayada esquina República. En este lugar disfrutaron de una refrescante agua con harina, mientras al otro lado de la calle se encendía el carbón para los choripanes.
La música estuvo a cargo del Conjunto Folclórico de Santa Elvira, mientras vecinos llegaban con más sillas para las personas que se sumaban a la conmemoración.
También se exhibió un trabajo audiovisual titulado “Santa Elvira, un arroyo de historias” realizado por Catalina Garcés, Paulo Lara, Vicente Riquelme y Richard Pincheira Aedo.
Luego, se invitó a los asistentes a caminar hacia el arroyo, frente a la subestación eléctrica, lugar donde se recordó a Guillermo Díaz, un joven de 13 años que la noche del gran terremoto hacía guardia en la planta eléctrica ubicada en Santa Elvira. Como tanto otros, buscó refugio en la plaza mayor de Chillán. Una vez ahí, pensó en el peligro de mantener las redes electrificadas por el riesgo de incendio. Corrió sobre los escombros hacia su lugar de trabajo y llegó hasta el tablero principal para cortar la alimentación eléctrica.
Mientras su mano bajaba la palanca, el edificio completo caía, dejando al joven bajo los escombros, convirtiéndose en uno de los mártires del terremoto de 1939.
Su hazaña fue recordada este 2020 con la lectura de “Una crónica del terremoto: Guillermo Díaz, velador nocturno” escrita por Gabriela Mistral. La lectura estuvo a cargo de don Héctor Maureira, mientras el texto era proyectado en uno de los muros perimetrales de la actual subestación eléctrica de Santa Elvira en Chillán.
Las luces de la calle fueron apagadas para dar un marco de mayor recogimiento a la actividad, que una vez termina la lectura del texto de Mistral, dio paso a la colocación de velas en honor a quienes perdieron la Vida hace 81 años, cuyo número difícilmente será conocido, ya que muchos fueron sepultados en fosas comunes, sin ser identificados y muchas veces tampoco contados para los recuentos oficiales de victimas.
De esta forma, una vez más el Barrio Santa Elvira demuestra que vive el presente sin olvidar su pasado, recordando su origen, su vínculo a la vertiente y el arroyo, que luego del terremoto del 39 fue fuente de agua para muchas personas, siendo hoy día fuente esencial para el rescate, valoración y proyección de la memoria de Chillán.
Chillán, viernes 24 de enero de 2020
Equipo ChillanActivo
