Amar Educa: Humberto Maturana en Chillán

Humberto Maturana en Chillán
Humberto Maturana en Chillán

Por Richard Pincheira Aedo, Director de ChillanActivo

Humberto Maturana, biólogo y premio Nacional de Ciencias, dictó en Chillán la conferencia “Amar educa” gracias a una invitación de Inacap.
Era la tarde el jueves 16 de noviembre y en la entrada del Teatro Municipal largas filas esperaban la apertura de las puertas mientras el personal coordinaba el acceso. Finalmente el teatro estaba repleto, algunos quedaron sin poder ingresar, mientras en la gran sala del Teatro Municipal de Chillán los aplausos anunciaban el comienzo de la conferencia.
Humberto Maturana, desde el escenario y ante una pizarra, comenzó a hablar, al inicio, de nuestros inicios, el origen de los seres vivos, de esa Vida que se inició hace 3.800 millones de años y de la cual hoy nosotros somos el presente de esa historia, que comenzó con pequeños sistemas de moléculas, que luego se entrelazan entre sí produciendo más moléculas y conservando la identidad de esa producción de si mismos.
Todos nos producimos a nosotros mismos
Esta frase fue explicada con un ejemplo. Cuando el niño dice “Mamá, no quiero comer estos porotos”, a lo que la madre responde: los porotos se deshacen dentro de ti en pedazos chiquititos, chiquititos que pasan por tu sistema digestivo y luego llegan a la sangre por donde tu hacer que lleguen a distintas partes de tu cuerpo para que sean parte de tus músculos, huesos, tejidos. O sea ¿si me produzco a mi mismo soy un sistema autopoiético molecular?
Al respecto, indicó que él solo le puso este nombre, un concepto que hace énfasis en la idea de la mantención de la identidad individual de un sistema (del griego αυτο-, auto, “sí mismo”, y ποιησις, poiesis, “creación” o “producción”). Este término fue acuñado en 1971, junto a Francisco Varela, también Biólogo.

Humberto Maturana en Chillán
Humberto Maturana en Chillán

Otro término que mencionó fue el de la unidad ecológica “organismo-nicho”. Los primeros seres vivos no se originan en el vacío, sino que surgen en un entorno que los hace posible, que surge con ellos, que no pre-existe.
O sea, al surgir el ser vivo aparece el medio o nicho ecológico que lo hace posible.
Nosotros como seres humanos nacimos hace 3 a 3 y medio millones de años. Cuando se origina el humano se origina una pequeña comunidad de primates bípedos y una convivencia en la cual surge el lenguaje.
¿Qué es el lenguaje?
Es el medio que nos permite coordinar nuestras emociones. Nuestros haceres. Nuestros sentires. El lenguaje es un vivir de coordinaciones, de sentires, de haceres, de emociones. El lenguaje permite una expansión, ya que no quedan los haceres solo en quien los hace. Aparecen las ideas, las coordinaciones de ideas, de haceres, de sentires, de emociones. El lenguaje es parte de nuestro nicho ecológico como seres humanos.
El amar implica el ver al otro
También con simple ejemplo nos introdujo en este tema: cuando un niño no quiere ir al colegio y la Mamá le pregunta ¿por qué? Porque el Profesor no me quiere, responde el niño. ¿Y por qué dices que no te quiere? Porque nunca ve cuando levanto la mano para hacer una pregunta. No me ve. No me quiere.
El amar está relacionado con el ver.

Humberto Maturana en Chillán
Humberto Maturana en Chillán

Los seres humanos somos todos inteligentes
La inteligencia es la plasticidad conductual ante un mundo cambiante. Los problemas de los niños, los problemas de los seres humanos no son de la inteligencia, son de las emociones.
¿Son los niños el futuro?
Otra interesante reflexión fue en torno al dicho que los niños son el futuro de la humanidad. No, indicó Maturana. El futuro somos nosotros, ahora, los adultos. Porque los niños se van a transformar con nosotros, junto a nosotros, en nuestra convivencia. Por ello es relevante que en esa convivencia predominen los valores, sea una convivencia con amor, con ternura, sin mentiras, sin agresiones, sin anular, sin negar a los demás, escuchando, respetando, ya que todo este entorno será parte de la convivencia que compartiremos con nuestros niños (en la casa como padres, en la escuela como educadores). Ellos se transformarán según como sea esa convivencia. Ahí radica la importancia del “Amar Educa“.
El amar como espacio que acogemos al otro, lo dejamos aparecer, escuchamos lo que dice sin negarlo desde un prejuicio, desde un supuesto o desde una teoría. Así se transforma en una persona que reflexiona, que pregunta, que es autónoma, que decide por si mismo si quiere o no quiere.
Si creamos un espacio que acoge, que escucha, en el cual decimos la verdad, estamos dispuestos a contestar las preguntas, nos damos tiempo para estar allí en la presencia con el niño o la niña en su curiosidad, ese niño o niña se va a transformar en una persona reflexiva, seria, responsable, que va a escoger desde si.
Con ello, Humberto Maturana deja clara la gran importancia de la labor de los educadores, de todos, en comprender que educar en más que conocimientos. Que ser reflexivos nos permite superar los problemas. Que esa educación y esa reflexión junto a el amar, son fundamentales para que nuestros niños cuenten con un entorno, una convivencia que les permita desarrollarse, que nos permita desarrollarnos con amor.

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