A finales del año 1968, el fotógrafo Bill Anders, quien era parte de la tripulación de la misión Apolo 8, tomó desde el lejano espacio la primera fotografía del planeta tierra donde se ve una esfera azul y blanca suspendida en una gran oscuridad.
Con el paso de los años, esta imagen fue la prueba para comprender que este gran planeta, en realidad, es una pequeña roca que viaja por el espacio, y que dentro de esa pequeñez, alberga diversas formas de vida, diferentes tipos de suelos, grandes y pequeños lagos, ríos y mares. En fin, la vida, que comparte un mismo aire, una misma agua, un mismo y único planeta.
Sin embargo esa comprensión del planeta comenzó a quedar de lado para muchos y la visión de un único planeta fue superada por una visión hacia una fuente infinita de recursos donde lejos de admirarla, el objetivo fue agotarla, extraer sus recursos detrás de sendos letreros de sustentabilidad que mayormente han quedado en discursos y publicidad verde.
El Covid-19, este 2020, nos hace ser parte de un “Día de la Tierra“ diferente, donde ha quedado más que comprobado que compartimos un mismo aire, una misma agua. Que el daño al planeta, nos perjudica a todos. Que sin nosotros y nuestra vorágine, los animales se sienten más libres, las aguas se tornan más limpias, los aires más transparentes.
Sin duda, este 22 de abril es un buen momento para hacernos responsables de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer. Como dice una frase de Jane Goodall: “Lo que haces marca la diferencia, y tienes que decidir qué tipo de diferencia quieres marcar”.
Chillán, 22 de abril 2020
Por: Richard Pincheira Aedo
Director ChillanActivo
Presidente ASACH (Agrup. Socio Ambiental de Chillán)